El programa de etiquetado en aparatos del hogar está en vigor. Los consumidores disponen de información para adquirir equipos ahorradores y educarse en el uso racional de la energía.
Leslie Amador trabaja en el centro de Barranquilla vendiendo helados y, mientras espera paciente un cliente, cuenta que tiene una tarjeta de crédito en una de las cadenas de supermercados más grandes de Colombia, y la utiliza para identificar descuentos, principalmente de lavadoras.
Ella asegura que cada seis meses compra una lavadora y, después de un uso frecuente, las regala a sus hijos. Agrega que tiene dos neveras en casa, una la adquirió hace un año y, la otra hace siete. Dice que la cambió por “viejita”, aunque admite que la conserva para almacenar volúmenes de compras y porque es una “reliquia”.
A pesar de su capacidad para endeudarse con las promociones de electrodomésticos, Leslie Amador no reconoce qué es la etiqueta energética.